En el hogar, escuela, oficina o con los amigos, es de suma importancia saber decir que no. En cualquiera de estos ambientes nos encontraremos siempre con circunstancias en las que debemos poner límites. Por ejemplo cuando, siendo adultos, nuestros padres con muy buena intención nos dan sugerencias que parecen órdenes que no consideramos oportunas o cuando en el trabajo se nos pide una tarea que contradice nuestra forma de sentir o pensar. Decir «no» significa establecer límites que nos protegen.
Detecta por qué te es difícil decir «no»
Como punto de partida es importante cuestionar algunas de nuestras creencias respecto a decir «no» : ¿Te sientes egoísta al decir que no? ¿Te hace sentir mal decir que no a alguien? ¿No te sientes con la seguridad suficiente para decir que no? Si respondiste de manera positiva a alguna de estas preguntas, entonces la causa de tu dificultad para poner límites es más profunda ya que está relacionada con la manera en que fuiste criado y con tu autoestima. En este caso la aplicación de las estrategias de este artículo deben acompañarse de un análisis profundo sobre ti mismo.
Si al contrario, te sientes con la fortaleza suficiente como para decir que no, pero quieres aprender una manera más amable de hacerlo, te propongo también la siguientes estrategias:
El disco rayado
Esta es la más sencilla de las estrategias, consiste en repetir la palabra «no» cada vez que encuentres insistencia por parte de la otra persona como verás en el ejemplo:
-Tú me gustas ¿Podrías darme tu teléfono?
– No
– Anda, podríamos platicar y conocernos mejor.
– No
– Prometo escribirte y avisarte antes de llamar
– No
Re declaración
Esta técnica ayuda aún más a dar a entender el mensaje a la otra persona, nos es útil cuando la otra persona comienza a hacer la conversación más larga. Ejemplo:
– Oye se me ha acabado la semana y no he terminado el informe mensual, ayúdame a hacerlo.
– Lo siento, no puedo.
– Anda, es viernes por la tarde, y dos cabezas piensan mejor que una
– Es cierto, dos cabezas piensan mejor que una, pero no puedo ayudarte.
– Vamos, estas poniéndote pesado.
– Me podré estar poniendo pesado pero igualmente no voy a ayudarte.
El sándwich
Promueve la empatía, aún más que las dos anteriores, haciendo que la persona a la que decimos que no, comprenda también nuestro punto de vista. La fórmula se dispone de la siguiente manera:
[Empatía] + [NO] + [mensaje positivo]
Ejemplo:
[Recuerdas el otro día que me escribiste preguntando si podría prestarte dinero?] + [pues revisé mi presupuesto y por el momento me resulta difícil hacerlo] + [sin embargo espero que tu situación mejore pronto, si puedo ayudarte en otra cosa no dudes en preguntarme]
Nuestra actitud
No olvides que estas técnicas deben acompañarse de una actitud serena y relajada, pues si las utilizas de manera altiva, podría interpretarse como un mensaje agresivo. La clave de la asertividad es que todo lo que digas suene sin tensiones, natural y fluido. Recuerda relajar los músculos de tu rostro, los brazos y modular tu voz.
En conclusión, decir «no» es una manera de poner límites a las demandas de los demás. Recuerda que no estas obligado de ninguna manera a hacer algo con lo que no estés de acuerdo, y si te obligan recuerda que esta es una forma de socavar tu autoestima pues de alguna manera estás siendo violentado(a). Decir «no» no te hace mala persona, al contrario, es una muestra de fortaleza y madurez.
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