Vivir con ansiedad no es sencillo, muchas personas conviven con rasgos de personalidad ansiosos y no lo saben. Algunos de los síntomas son: mover las piernas constantemente, estar inquieto en general, sentirse fatigado, con la boca seca, ahogado, mareado o con un nudo en la garganta; así como experimentar insomnio, dificultad en la concentración e irritabilidad.
¿Tienes alguno de ellos?
¿Cómo se identifican los síntomas de la ansiedad? De acuerdo con Rodríguez y Contreras (1998) estos pueden clasificarse en tres grupos: tensión motora, hiperactividad vegetativa e hipervigilancia. Lo sé, estos términos técnicos no dicen mucho, así que los explicaré con algunos ejemplos:
Cuando hablamos de tensión motora, nos referimos básicamente a dos cosas: primero al movimiento físico constante, como mover la pierna repetidamente, tronarse los dedos o desarrollar un tic; y a la tensión muscular, que sostenida durante mucho tiempo, deriva en la sensación de fatiga, ya que estar tenso cansa al cuerpo y por ello después se experimentan dolores de espalda, cuello o jaqueca, etc.
Respecto a la hiperactividad vegetativa, esta se produce a nivel físico y sus efectos son bastante incómodos, ya que se experimenta una sensación de ahogo, taquicardia, manos frías, boca seca, mareos, escalofrío, micción excesiva y la más popular de todas: la sensación del nudo en la garganta.
Cuando hablamos de hipervigilancia, esta se refiere a la sensación de estar atrapado, estar constantemente alerta, tener dificultad para concentrarse y para dormir y en consecuencia mantenerse irritado.
Es bastante común que cuando experimentamos estos síntomas, nos alertemos y vayamos al médico y que después de algunos exámenes, recibamos noticias como: son los nervios, o es el estrés. Pero… ¿Qué hacemos después?
Algunos consultan al psiquiatra y toman ansiolíticos, otros simplemente toman algunas medidas que alivian sus síntomas brevemente, sin embargo, es necesario modificar estilos de vida, es decir, cambiar conductas. Es aquí donde la terapia psicológica cobra relevancia, ya que el psicólogo es experto en modificar pensamientos y conductas hacia otros más ajustados y saludables.
A partir del modelo de terapia racional emotiva conductual, identificamos las ideas que te han hecho actuar como lo haces hasta ahora, agravando tus síntomas de ansiedad. Es importante tener en mente que incluso cuando no estamos conscientes de ello, tenemos pensamientos automáticos que nos hacen reaccionar con comportamientos o sentimientos particulares.
Así que cuando se identifican y cambian estos pensamientos, también cambian sus consecuencias en la conducta y emocionalidad, mejorando con ello la sensación de bienestar y relajación que experimentas a lo largo del día, y con ello, tu calidad de vida. Como bien dice la frase: locura es hacer lo mismo esperando resultados distintos. El mejor momento para comenzar a cambiar, es ahora.
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Fuente de la imagen: psicoemocionate.com
JÓse Azurdia 
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